María hace la Primera Comunión el próximo año con un traje familiar confeccionado por su abuela en organza de corte clásico. Su madre, Gema, quería algo diferente para adornar su cabeza pero sin ser demasiado llamativo ni voluminoso. Yo le sugerí una corona de porcelana fría en tonos empolvados. María es una niña guapísima de pelo oscuro de manera que esas tonalidades destacarían sus rasgos, y la porcelana es para siempre, no se marchita ni pierde color. Un recuerdo para toda la vida.
Es totalmente adaptable a novias e invitadas pudiendo personalizarla en el color que os vaya mejor. Espero que os guste el resultado tanto como a mi.
Este es el look elegido para mostraros la versatilidad de la corona.
Para cualquier información o pedidos escribidme a
vistiendoatete@hotmail.com
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